Nunca hasta ahora había vivido yo una experiencia extrasensorial ... aunque siempre ha sido una asignatura guardada en mi debe ... ya que este asunto me intrigaba desde que he tenido uso de razón ... los temas prodigiosos me fascinan y sirven para incrementar en mi el grado de adrenalina suficiente siempre en simetría entre el miedo a lo desconocido y la excitación del peligro.
Aquella tarde conducía yo mi furgoneta con la satisfacción que produce la vuelta a casa después de una semana de ausencia mientras el sol se iba ocultando tras el horizonte irregular que formaban las montañas Y cuando las sombras comenzaban a envolver la ruta obligándome a encender las luces del vehículo ... conforme avanzaba y la oscuridad del exterior se hacía mas espesa mi mente se recreaba en las leyendas urbanas y en cada recodo de la carretera deseaba vislumbrar una imagen difusa al borde en cada curva aún sabiendo que aquella idea resultaba descabellada.
De repente un escalofrío recorrió mi espina dorsal ... no dando crédito a lo que veían mis ojos fui reduciendo la velocidad paulatinamente hasta dejarlo parado a escasos metros de la figura femenina que me hacía señas induciéndome a frenar ... mientras se acercaba a mi coche pude vislumbrar a la luz de los faros que se trataba de una mujer de mediana edad ... entrada en carnes sin llegar a gruesa y vestida con ropa moderna muy lejos de la idea que yo tenía sobre el atuendo que debía vestir un espectro ... aquello contribuyó a que la tranquilidad fuese volviendo a mi ... al llegar a mi altura bajé el vidrio de la ventanilla para indagar el motivo de su presencia allí ... y sin dar explicaciones me pidió que la trasladase mas adelante siguiendo mi ruta ... la invité a subir y enseguida se instaló en el asiento contiguo.
Habíamos recorrido escasos kilómetros cuando la dama me pidió que fuese perdiendo velocidad y siempre siguiendo sus indicaciones terminé parando el vehículo en una especie de pequeña explanada que no había apreciado yo desde la calzada ... tras echar el freno de mano me volví hacia ella y para mi sorpresa la mujer se había despojado de las prendas superiores de su vestimenta dejando al descubierto unos senos turgentes que acapararon toda mi atención y sin pérdida de tiempo pasé a practicarles el correspondiente homenaje.
Después de un pertinente espacio de tiempo y una vez adecuadas nuestros atuendos la mujer me explicó que como su casa no se encontraba lejos de allí no era menester que la acompañase hasta ella.
Y es a partir de aquí cuando perdí la fe y hasta la curiosidad por el mundo esotérico ... especialmente cuando al disponerme a girar la llave de contacto para continuar la marcha ... una señal de la hembra me llevó a bajar el cristal de la ventanilla y cuando esperaba unas palabras de cordial despedida la voz femenina me espetó con voz seca ... "¡SON CINCUENTA EUROS!".
Aquella tarde conducía yo mi furgoneta con la satisfacción que produce la vuelta a casa después de una semana de ausencia mientras el sol se iba ocultando tras el horizonte irregular que formaban las montañas Y cuando las sombras comenzaban a envolver la ruta obligándome a encender las luces del vehículo ... conforme avanzaba y la oscuridad del exterior se hacía mas espesa mi mente se recreaba en las leyendas urbanas y en cada recodo de la carretera deseaba vislumbrar una imagen difusa al borde en cada curva aún sabiendo que aquella idea resultaba descabellada.
De repente un escalofrío recorrió mi espina dorsal ... no dando crédito a lo que veían mis ojos fui reduciendo la velocidad paulatinamente hasta dejarlo parado a escasos metros de la figura femenina que me hacía señas induciéndome a frenar ... mientras se acercaba a mi coche pude vislumbrar a la luz de los faros que se trataba de una mujer de mediana edad ... entrada en carnes sin llegar a gruesa y vestida con ropa moderna muy lejos de la idea que yo tenía sobre el atuendo que debía vestir un espectro ... aquello contribuyó a que la tranquilidad fuese volviendo a mi ... al llegar a mi altura bajé el vidrio de la ventanilla para indagar el motivo de su presencia allí ... y sin dar explicaciones me pidió que la trasladase mas adelante siguiendo mi ruta ... la invité a subir y enseguida se instaló en el asiento contiguo.
Habíamos recorrido escasos kilómetros cuando la dama me pidió que fuese perdiendo velocidad y siempre siguiendo sus indicaciones terminé parando el vehículo en una especie de pequeña explanada que no había apreciado yo desde la calzada ... tras echar el freno de mano me volví hacia ella y para mi sorpresa la mujer se había despojado de las prendas superiores de su vestimenta dejando al descubierto unos senos turgentes que acapararon toda mi atención y sin pérdida de tiempo pasé a practicarles el correspondiente homenaje.
Después de un pertinente espacio de tiempo y una vez adecuadas nuestros atuendos la mujer me explicó que como su casa no se encontraba lejos de allí no era menester que la acompañase hasta ella.
Y es a partir de aquí cuando perdí la fe y hasta la curiosidad por el mundo esotérico ... especialmente cuando al disponerme a girar la llave de contacto para continuar la marcha ... una señal de la hembra me llevó a bajar el cristal de la ventanilla y cuando esperaba unas palabras de cordial despedida la voz femenina me espetó con voz seca ... "¡SON CINCUENTA EUROS!".

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