miércoles, 8 de febrero de 2012

CAPERUCITA ROJA ... SU ABUELA Y EL LOBO




                                CAPERUCITA ENCARNADA
             Había en un lugar del mundo una muchacha que vivía en compañía de su madre en una casita cerca de un bosque también de esa parte del mundo 
            (El padre se había ido a comprar tabaco al estanco de la esquina ... la esposa estuvo esperando su vuelta con la cena puesta encima de la mesa un tiempo ... pero después de unos días conoció la desaparición de la hija del panadero ... y entonces la mujer cayó en la cuenta de que en el pueblo de esa parte del mundo no habían estancos ... ni siquiera esquinas ... y además recordó que su marido no había fumado en la vida ... así que se dio por jodida ... bueno ... en realidad todo lo contrario)
           La chica vestía siempre con un manto rojo provisto de una caperuza también roja que su madre le había confeccionado aprovechando una cortina vieja ... por ese motivo se había quedado con el sobrenombre de "CAPERUCITA ROJA".
             Un día la madre le pidió a Caperucita que llevase una cestita llena de viandas a casa de su abuelita que se encontraba al otro lado del bosque ... no sin antes advertirle que tuviese cuidado porque por lo visto habían encontrado huellas de unos zapatos que por su tamaño solo podían pertenecer a un lobo ... porque los ogros por lo general siempre iban descalzos ... (Caperucita estuvo a punto de preguntarle a su madre ... "¿Y los lobos no?" ... pero no lo hizo por respeto)
            La muchacha se dirigió sin temor al bosque dando saltitos y cantando con alegría mientras recogía flores por el camino ... "LA LA RA LA RI TA ... UNA MARGARITA ... LA LA RA LA RI TA ... ¡COÑO! ... ¡UNA SETA!" ... Después de aplastar el hongo por si era venenoso ... Caperucita continuó su camino hasta que oyó un ruido como de tormenta solo que a ras de suelo ... se aproximó despacio hacia la zona donde provenía el ruido y apartando unos matojos se encontró de frente con un desconocido al que ingenuamente y llevada por su candidez preguntó ... "¿Porque tienes la frente tan sudada ... y los ojos que parece que se van a salir de las órbitas? ... y ... ¿Porque aprietas los dientes?" ... Una voz gutural salió de entre aquellos enormes dientes para responder enojada ... ¡Joder ... tía! ... ¿Es que no puedes dejarme CAGAR TRANQUILO?
             Caperucita se giró balbuciendo disculpas ... mientras aquel ser peludo procedió a subirse los pantalones examinando a la muchacha de arriba a abajo con mirada lasciva antes de comentar ... "No te preocupes ... niña ... ¿Quien eres?" ... ella respondió recelosamente ... "Me llaman Caperucita Roja" ... El asintió ... y acercándose a ella contestó ... "¡Ah ... ya!" ... Oyes ... ¿Sabes que estás muy buena? ... ¿Que te parece si nos vamos ahí detrás y nos ponemos a jugar a los matrimonios? ... La chica se apartó sobresaltada y respondió ... "¡NO ... NO! ... Que a mi mamá no le gustará" ... el Lobo ... (que como habréis adivinado era el señor peludo) ... soltó una carcajada antes de exclamar ... "¡PUES A TU MAMÁ LE GUSTÓ!"
              La joven escapó corriendo para no caer en la tentación que su cuerpo adolescente demandaba introduciéndose en el interior del bosque en dirección a la casa de su abuelita ... el Lobo comprendiendo donde se dirigía por el camino que la chica había tomado ... decidió adelantarse tomando un atajo hasta la vivienda de la anciana.
             Al llegar ... se encontró a la vieja tumbada en la cama desnuda ... pero la bestia no cayó en la provocación ... mas que nada porque la que venía de camino resultaba una presa mas tierna y suculenta ... así que sacando a la abuela de la cama sin demasiados miramientos la encerró en el armario ... y tomando las prendas de la anciana que se encontraban desparramadas por el suelo se las enfundó metiéndose rápidamente en la cama al tiempo que se abría la puerta de la habitación dando paso a Caperucita que llegaba respirando agitádamente por efectos de la carrera por el bosque
          Se acercó a la cama de su abuela mirando fijamente la cabeza que sobresalía por el embozo y reposaba sobre la almohada ... notando algo anómalo en la cara de la anciana ... no pudo contenerse y exclamó ...
             -. ABUELITA ... ¡QUE OJOS MAS GRANDES TIENES! 
            La "abuelita" ... con voz aflautada ... respondió rápidamente ...
            -. "Son para verte mejor" ... (la muchacha se dijo para sus adentros ... "Pues para eso bastaba con ponerte las gafas") ... pero ya sabemos que la chica era muy respetuosa ... y en lugar de soltar lo que pensaba volvió sobre lo que le intrigaba ...
           -. ABUELITA ... ¡QUE OREJAS MAS GRANDES TIENES!
        Entonces el Lobo impaciente se apartó la sábana y quitándose de un tirón las prendas de la abuela gritó con voz de trueno ... 
       -. ¡BASTA YA ... TÍA! ... ¡VETE A SACARLE DEFECTOS A TU PUTA MADRE!
           Por efecto de esta explosión de cólera ... se abrió de golpe la puerta del armario y aparecieron la abuela desnuda ... y un señor que debía de haberse metido con anterioridad en el ropero al escuchar los pasos del lobo cuando llegó a la casa ... y que debía de tratarse de un cazador a juzgar por la pistola de cañón largo que exhibía.
       Sorprendidos por  la aparición... Caperucita y el Lobo se quedaron mirando boquiabiertos a la pareja desnuda ... la abuela ... a modo de disculpa se encogió de hombros y exclamó ...
       -. ¿Que? ... Yo también tengo el mismo derecho que "LA DUQUESA DE ALBA" a darle alegría a mi cuerpo ... Macarena ... (y así conocemos el verdadero nombre de Caperucita)
       Repuesta ya de la sorpresa que la aparición de la pareja le había causado ... Caperucita preguntó enojada al hombre que acompañaba a su abuela ... 
        -. ¿Y a ti nadie te ha dicho que abusar de una anciana sexualmente es algo inmoral ... POR MUCHO QUE ELLA INSISTA? 
       A continuación se volvió hacia el Lobo que observaba los acontecimientos en silencio y le preguntó ... "Y tu ... Además de los ojos ... las orejas ... y esa bocaza ... ¿No tienes alguna otra cosa GRANDE que me interese? 
         La fiera torció la boca en una sonrisa y con las palmas de las manos a la altura de la cintura señalando hacia abajo ... se encogió de hombros ... como diciendo ... 
      Después de todo esto ... no podemos describir lo que siguió a continuación ... pues cerraron la ventana por donde mirábamos y no nos enteramos de los acontecimientos siguientes. 
        Lo cierto es que ya a punto de anochecer apareció Caperucita por su casa y su madre preocupada por la tardanza salió a recibirla y al ver el estado en que se encontraban sus ropas totalmente desgarradas ... no pudo por menos que gritar sobresaltada ...
       -. ¡Caperucita ... hija!
     Y Caperucita haciendo un gesto de silencio con el dedo respondió arrogante ...
    -. ¡CHIST! ... ¡Un respeto! ... De Caperucita nada ... ¡SEÑORA DE FEROZ!
                                                                  FIN

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